Navidad y Reuniones Familiares
- Ileana Montero
- 11 dic 2019
- 3 Min. de lectura
Desde hace unas semanas hemos comenzado a ver los arbolitos y encendido de luces en las casas, plazas y espacio públicos así como la venta de artículos y comestibles en las tiendas anunciando la llegada de la Navidad.
Es una época de sensaciones encontradas; a pesar de estar alegres por la llegada de unos días de vacaciones también se puede generar ansiedad por comprar regalos, organizar comidas y cenas pues incurrimos en gastos innecesarios y nos toca reunirnos con familiares que quizás no nos apetece compartir, hasta la melancolía de recordar aquellos seres que ya este año no están con nosotros, pero a esta última parte le dedicaremos un artículo especial.
¿Qué podemos hacer para pasar estas fiestas con la presión de los gastos de la época y pasarlo lo mejor posible en las cenas y reuniones? Algunas sugerencias:
La planificación es uno de los pasos más acertados en ambos sentidos. Llegar a acuerdos
previos en familia y comunicar con honestidad la situación económica del momento, tomar
conciencia y tener planes alternativos: poner rango de precio para los regalos, hacer angelitos para que los regalos sean menos, elegir a quien regalar (puede ser a los niños), no comprar regalos y elaborarlos en casa (manualidades, tarjetas, ponches, galletas y dulces). Como familia, también pueden decidir no participar en los intercambios de regalos, pero sí de la reunión navideña. Lo importante es ajustarse a la situación actual lo mejor posible y comunicarlo a la familia extendida. Si acaso decide comprar, hágalo con sentido.
Planificar con antelación donde pasar las fiestas de Navidad también tiene sentido para que sea del agrado de todos. Algunas recomendaciones:
Elegir cómo, dónde y con quien pasamos las época navideña a veces nos causa incertidumbre y estrés. Llegar a acuerdos de los regalos o de la participación en la(s) cena(s) es un aspecto importante que a veces lo pasamos por alto y ya cuando llegan los días es muy difícil romper compromisos.
Para las personas solteras a veces puede resultarle fácil su decisión: elegir a cual
fiesta, aguinaldo, compartir, cena, juntadera desean ir así como no asistir. La situación es más complicada cuando hay hijos y dos familias políticas con quien compartir y a veces no nos sentimos muy a gusto en el lugar donde se ha acordado celebrar.
Es imprescindible llegar a acuerdos previos con nuestra pareja de donde y con quien pasarán las festividades, de cómo van a hacer para compartir con ambas familias, y lo justo es llegar a acuerdos que satisfagan a ambos, una tensión adicional no es necesaria.
Una vez decidido como lo van a pasar, haga un ejercicio mental recordando las últimas ocasiones familiares en que se reunieron y podrá darse cuenta si algún patrón de conducta se repite: ¿Se tocan temas delicados? ¿Quién lo hace o inicia? Si ya tiene ese retrato mental de momentos tensos anteriores traten de evitar estar cerca de esas personas por su propio bienestar y el buen desenvolvimiento de la noche. También puede elegir iniciar una conversación abierta y general sin personalizar. Elija con quien desea estar y de qué hablar.
Acepte e identifique las emociones que le invaden y acéptelas: asistir a ese encuentro no le
resulta agradable, sea honest@ con su pareja, exprese de forma asertiva vigilando qué se dice y cómo así como la razón de porqué le resulta incómodo asistir, de manera que pueda entender y ayudarle a sobrepasar el momento acompañándole. No vaya con una idea preconcebida de que habrá malestar, a veces la otra persona que causó ese malestar ya ha sobrepasado una dificultad o situación anterior y todo fluye con normalidad, lo que no significa que se de la cercanía.
Autorregúlese; intente relajarse pues son días de mucho estrés: no deje de ejercitarse, hacer meditación o yoga y también tomarse un tiempo para hacer algo que disfrute. Si debe decir que NO a alguna actividad o invitación hágalo, no sienta presiones por compromisos que a veces cargan mucho y hágale caso a lo que siente.
Tenga presente que cada año es diferente, las situaciones varían para cada familia y lo
importante es no esforzarse por sentir algo si no va bien con usted en el momento, cada persona debe dar el significado que sea congruente a lo que siente o vive. No siempre es fácil asistir a reuniones familiares pero siempre podemos buscar la mejor manera de hacerlo a través del apoyo de los más cercanos.
Lic. Ileana Montero, Psicóloga, M.A.
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