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La Navidad Y El Proceso De Duelo

  • Foto del escritor: Ileana Montero
    Ileana Montero
  • 20 dic 2019
  • 3 Min. de lectura

Con las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina todo a nuestro alrededor parece estar de fiesta, deberia ser la época más hermosa, alegre y esperada para todos, llena de reencuentros y fiesta, pero para otras personas no sucede así porque pueden estar pasando por un mar de emociones muy distintas a las esperadas. Una situación de divorcio, la pérdida de la salud o trabajo, pasar la Navidad en otro país o el fallecimiento de un ser querido puede afectarnos notablemente y más durante esta época que de por sí a algunos llena de nostalgia. Para algunos, las celebraciones no resultan prioritarias por los sentimientos que les invaden, en algunos casos poca disposición y capacidad de planificar las tareas propias de la época. Para los que esta Navidad es diferente, algunas recomendaciones:

En primer lugar la familia debe darse el espacio y la disposición para hablar del tema; qué se hará y como se sienten, no posponer las emociones y conversar acerca de como se pasará en familia, que rituales seguirán, si se tomarán en cuenta tradiciones anteriores o si deciden modificarla de alguna manera tomando en cuenta si se desea un momento especial para recordar al ser querido o no.


Escoger el momento para llegar a acuerdos familiares es clave, recuerden tomar en cuenta a los niños , ellos son parte de la familia tambien. No asuma tareas que no desee o puedacumplir y decidan de manera consensuada. No debemos sorprendernos por la diversidad de respuestas en cada familia y persona y es justo en este momento que se comienza a construir una Navidad diferente, lo que nos permitirá adaptarnos a la ausencia de ese ser querido que no está presente. Cada caso es particular y cada familia diferente, lo importante es el respeto a las decisiones que tomen entre todos.

Respete, acepte y exprese sus emociones abiertamente, sea paciente consigo misma y las demás personas de su entorno. No obvie, pelee o niegue su dolor, acéptelo; el dolor que genera una pérdida puede llegar en oleadas: puede estar tranquilo en un momento y experimentar al rato profunda tristeza o enojo. Sea generoso y comprensivo pero sobretodo respetuoso de las emociones, recuerde no todos se sentirán de la misma manera a la vez. En algunos casos puede no existir manifestación de tristeza, esto también hay que

respetarlo, tampoco se sienta culpable porque en algún momento lo invada el deseo de cantar o celebrar. Acompáñese de sus seres más queridos, con ellos tendrá mayor comprensión y empatía, casi siempre tenemos a un allegado o familiar más cercano quien deseamos nos acompañe y escuche.

El autocuidado es importante: Cuando estamos vulnerables estamos más propensos a incurrir en excesos pensando que nos pueden aliviar, este alivio sería solo temporal, no es aconsejable. Cuide de no caer en excesos. Vigile también, la alimentación y el sueño. Trate de seguir su rutina de ejercicios y trabajo lo mejor que pueda, medite, salga a dar paseos al aire libre, lea, o simplemente llore en tranquilidad, todo está aceptado, regálese ese espacio. Sea generoso consigo mismo.

Busque ayuda profesional en caso de necesitarlo, a veces necesitamos profundizar un poco más en la situación que vivimos. Los dolientes en estos días de la Navidad pueden tener diferentes reacciones, el rol de la familia es clave; debe ser de respeto, comprensión y acompañamiento buscando siempre la manera de cómo poder ayudarles a pasar estos días sin forzarlos a algo que no deseen. El único camino para el duelo es transitarlo, aún en este tiempo de Navidad donde quizás no estamos en sintonía con una mayoría, vivirlo a nuestro propio paso es la manera más sana de hacerlo. Esta fecha también pasara y se reconstruirá una nueva forma de vivirla de acuerdo a lo que elija la familia.

 
 
 

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